- Título: Yuko
- Editorial: Satori
- Autor: Ryoichi Ikegami
- Formato: Rústica con sobrecubierta.
- Tamaño: 15 x 21 cm.
- Número de páginas: 448
¡YUKO! Nueve historias originales de Ryoichi Ikegami y tres basadas en relatos de Akutagawa, Kan Kikuchi e Izumi Kyôka. Ryoichi Ikegami en todo su esplendor artístico sin que sea eclipsado por la fama de sus habituales colaboradores. Una obra maestra del manga más estético que emana una fragancia inquietantemente seductora. Doce historias de obsesión, perversidad, sexo y muerte que nos invitan a descubrir la belleza intrínseca de lo malsano.
Este título se presenta en forma de colección de relatos cortos, de entre 40 y 50 páginas en su mayoría, en los que el autor explora los aspectos más perturbadores de la sociedad japonesa y del ser humano. Los relatos se exponen en riguroso orden inverso de publicación para bucear hacia el origen de su estilo artístico. De esta manera, Ikegami nos invita a realizar un ejercicio inductivo, en el que a partir del producto final, el más perfeccionado, conozcamos por nosotros mismos los fundamentos de su carrera, prolongandose hasta las páginas de “OEN”, otra antología de Ikegami también por Satori ediciones.haciéndole cierto encargo para que pueda recuperar su vida. Viendo la nobleza de su carácter, Koenma le da la oportunidad de recuperar su cuerpo convirtiéndose en un detective espiritual que tendrá que resolver casos de lo más peliagudos hasta para los seres del mundo espiritual, enfrentándose a demonios y seres de lo más formidables.
El dibujo de Ikegami otorga el protagonismo absoluto a las figuras humanas, de gran realismo y belleza, frías miradas y rostros impasibles, que perduran en el tiempo endurecidos por las inclemencias de la vida o acaban desmoronados ante la imposibilidad de aguantar la misma. En relatos como Tenshu Monogatari (Dioses de la torre oscura), Tôjûrô no koi (El amor de Tôjûrô) o Jigokuhen (El biombo del infierno) bebe de las fuentes históricas de la pintura japonesa y se retrotrae al preciosismo del ukiyo-e, ubicando las historias en la época feudal de su país, en los que pone de manifiesto esa visión fugaz de nuestro paso por el mundo.