¡BOYS RUN THE RIOT! Una obra que desborda expresividad y estilo recomendada para todos los públicos. ¿Cómo te enfrentas al mundo cuando nadie se da cuenta de tu lucha? Cuando mirarte al espejo es un acto de valentía, cuando hablar con el resto supone toda una batalla. Ser uno mismo, no es fácil, menos cuando la sociedad te ha asignado un papel que ni quieres, ni puedes interpretar.
Ryo sabe que es transgénero, pero no tiene a nadie en quien confiar sobre la confusión que siente. No puede decírselo a su mejor amiga, de quien está enamorado en secreto, y no puede decírselo a su madre, que constantemente pregunta por qué Ryo "se viste como un chico". El único momento en que Ryo se siente a gusto es cuando lleva su ropa favorita. Entonces, y solo entonces, el mundo se desvanece y él puede ser su verdadero yo. Un día, mientras está de compras, Ryo ve a alguien que no esperaba: Jin. ¡El chico que parecía tan rudo en clase tiene el mismo gusto por la moda que él! Por fin, Ryo tiene a alguien con quien puede abrirse, y el viaje delante podría finalmente darle una forma de expresarse al mundo. Una rebelión contra el sistema a base de patrones y diseños al más puro estilo streetwear. Porque, de la misma manera que la ropa juega un papel protagonista, los grafitis también.
El propio autor ha vivido lo que Ryo vive en su obra. No es una autobiografía, pero son innegables las similitudes que el propio autor y su personaje presentan. Ya no solo en el sentido de su género, sino por la importancia del arte en la obra. Tanto en los graffitis, una muy buena analogía del trabajo de dibujante, como en la ropa.
